jueves, 8 de septiembre de 2011

REVOLUCIONANDO LA ESTRATEGIA EMPRESARIAL, CON GARY HAMEL.

La manera de dirigir a la gente dentro de una organización ha ido cambiando a medida que se han globalizado los mercados. Ha evolucionado de tal manera que hasta los sectores más conservadores deben cambiar (o haber cambiado) para no quedarse en el camino. Miremos la prensa mundial, llevaban 200 años haciendo lo mismo y en 10 años han tenido que cambiar totalmente su rumbo para sobrevivir.

 ¿Cómo se deben gestionar los recursos humanos para triunfar en estos tiempos?

Para Gary Hamel, conocido gurú de la estrategia empresarial, sólo hay una posible respuesta:
  “No desconfíe del empleado, crea en él o despídalo”

En mucha civilizaciones gestionar es sinónimo de controlar. Y el control, hoy en día, resta valor a nuestra organización. Ser una empresa o un departamento eficiente y competitivo exige tal esfuerzo, que sólo está al alcance de los más motivados, y sólo ellos son capaces de innovar y ser productivos al nivel de exigencia que impone el mercado globalizado. Ya no competimos con empresas de nuestro país, competimos en un mundo globalizado. Vender en la otra punta del planeta está al alcance de cualquier empresa, por pequeña que sea, y copiar un producto y sacarlo al mercado es cuestión de semanas o meses. Y al no poder competir con fabricantes Asiáticos por precio, debemos competir con innovación, son servicio y con un trato personalizado, y esto no se consigue con una jerarquía marcada, sino con una estructura completamente plana, cambiante, creativa y motivada. “Trata a tus empleados como quieres que ellos traten a los clientes”

La única manera de ser excelentes en lo que hacemos es confiando en cada individuo de nuestra organización, dejando que hagan lo que quieran para dar valor a la empresa.

Un día Ryanair se cuestionó si era necesario tener una base en un gran aeropuerto, y si era necesario disponer de una flota variada de aviones, y repartió su flota de un único modelo muy rentable entre varios aeropuertos, ciñéndose a las rutas más comerciales.

Zara se cuestionó si se debía cambiar la moda sólo dos veces al año, y ahora tiene nuevas colecciones cada semana, revolucionando el mundo de la moda, y vistiendo según los gustos de la gente, no intenta imponer una moda, se adapta a los gustos de la gente.

Amazon fue líder vendiendo libros por Internet, pero pronto transformó la empresa para poder convertirse en una gran galería comercial en la Red.

Y todo esto por que alguien en Ryanair, en Zara o en Amazon se cuestionó si algo básico hasta entonces era necesario de verdad. Desarrollando ideas hasta entonces absurdas. Se metieron en mercados diferentes y triunfaron porque su gente estaba preparada para ello.

El ser humano es creativo por naturaleza, lo que pasa es que muchas personas desarrollan su creatividad fuera de sus trabajos, tocan en una banda de música, actualizan a diario su Facebook, llevan un blog, pintan o hacen bricolaje; pero todo el mundo desarrolla su creatividad en algo. Aprovechemos pues esa creatividad para la empresa y dejemos que creen valor haciendo lo que mejor saben hacer, que es su trabajo.

Muchos empresarios controlan a sus empleados, llevan en su genética la desconfianza, y controlan todos los movimientos de su equipo, matando totalmente la creatividad de su gente. “no venderían si no les exigiéramos unas cuotas mínimas”, o “se pondrían a hablar si no les vigilásemos”, o “no vendrían si no les obligáramos a fichar”… muchas son las excusas para auto-convencerse de que  se debe controlar al personal; pero sólo son excusas para ocultar la propia falta de confianza en la gente, excusas para ocultar la propia incapacidad par guiarlos, excusas para ocultar la falta de liderazgo en la empresa.

Lo que no saben muchos gerentes es que la dirección a tomar por la empresa la marca el equipo humano. El gerente tomó una decisión valiente una vez, pero ahora cuenta con un equipo que está en primera línea de fuego, mientras que él ha pasado a otra esfera superior. El equipo verá el camino mucho antes, pues están al pié del cañón; ellos son los auténticos expertos (por eso se les ha contratado), ellos tienen el feed-back del mercado, del cliente, y captan mucho mejor sus necesidades. Verán las oportunidades, y si confía en ellos, las sabrán aprovechar, no le defraudarán. Las mejores ideas vienen “de abajo a arriba”.

Bill Gates fue muy creativo en su día creando Windows, pero bañado en su propio éxito, hizo que Microsoft llegara tarde al mundo de Internet; según él “Internet era irrelevante”. Impidió que otros creativos de Microsoft adaptaran la empresa a los nuevos tiempos de la informática, y lograra otro gran éxito. Apple sí supo ganar esa batalla.

En empresas de gran éxito como Google, fomentan que los empleados  (de todos los niveles) desarrollen sus propias ideas durante ¡un 20% de su tiempo! Hay otras que han creado el “viernes imaginativo”, donde uno o dos viernes al mes se da libertad total a todos los empleados para desarrollar los proyectos propios, a asociarse de la forma que quieran para debatir ideas; y las que consiguen un apoyo suficiente entre los empleados se llevan a cabo, sea lo que sea. ¡Se cree en las personas!

Hoy en día no sirve tener una sola idea de éxito, si queremos sobrevivir, hay que escuchar continuamente para conseguir un triunfo detrás de otro; hay que ir adaptando la organización a las oportunidades que nos depara el mercado, y eso sólo se consigue si todos y cada uno de los miembros del equipo están atentos a las tendencias del mercado, a las necesidades de los clientes, y sobretodo, si tienen la libertad para crear valor en esa dirección.
”¡Cree en tus empleados o despídelos!”

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